martes, 18 de febrero de 2014

tormentosa

era una tormenta, como sus ojos y su pelo
era un huracán, era una malcriada
hacía lo que quería, no le importaba nada
dejó destrozos, inundó todo
se veían rayos cuando se enojaba
y cruzaba los brazos para imponer respeto
lucía tan hermosa, como la lluvia
me gustaba tanto
pasar la noche escuchándola renegar
cerrar los ojos y que caiga sobre mi
dejarla destruirme, porque al fin y al cabo
siempre termina lloviznando
tan suavemente como su forma de mirar
y abrazarla
y besarnos bajo la lluvia